No sé lo que sé
Me dice la razón que esto es mentira,
“que no, que se van”.
Sin razón me quita el sosiego,
con razón me duele tanto el pecho
cuando me abraza soledad.
Me abro el seno izquierdo cada noche
para calmar mi corazón agitado,
es el cachorro que nunca tuve;
cierro la herida haciendo puntadas con mis sesos,
y así, cada día estoy menos cuerda.
Me miente la razón pensando que se irán,
haciendo de una ausencia despedida,
haciendo de horas días, cuando no eternidad.
¿Le temo al +1 en el teléfono más que al “tenemos que hablar”?
¿Por qué hace la mente utopía la realidad?
¿E infierno lo irreal?
Lo que siento no es un sueño,
ni lo que imagino es lo cierto,
aunque es cierto que es incierto
si algún día volveré a llorar,
a llorar de verdad.
Tarde o temprano puedo despertar
envuelta en lágrimas mojadas con sábanas,
sin la almohada que sigue el compás de mis gemidos
o la mano que los puede acallar,
aquel besito en el pulgar que mataba el dolor
o la caricia que enmudece los labios.
La certeza no viene de la ciencia
cuando nace de lo inefable,
déjenme ser aire
y que me diga el tiempo cuando he de ser ceniza
(si soy fénix, el tiempo tiempo lo dirá).
YSFP
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