Entradas

Reflexiones desde mi otra cama

Extranjero…. Tenía razón Rafael Amor: es una palabra triste. Mi tierra me sabe sabe a canas de abuela, a olor a café con crema después de comida, a vida después de la muerte; a embarazo adolescente, a machismo cotidiano, a quejas que salen cual arañas negras de debajo de las piedras. Mi tierra me sabe a sonrisas y besos, a brisa de verdadero invierno, a paseos en solitario a las nueve de la noche; a lucha, a contraste, a una dualidad que no me pertenece. Ser extranjero es mantenerse a la espera de de una declaración de persona non grata ; sin querer ya lo hizo un gobierno que me puso 199.1 pegas para llamarlo mío ¿No lo hicieron ya las 20 voces que me lo afirmaron? Es sentir un pinchazo en el corazón cada vez que digo “estoy en casa” ¿Eso se llamaba traición? Es ser (o digamos mejor sentirse) un pez fuera del agua, nadando entre lo grotesco y lo exótico. Cada vez que me aclimato, el Atlántico me recorre la columna y vuelve la confusión. Ser extranjero es ...

Lecciones de vida

Lecciones de vida He aprendido que un adiós no siempre es despedida y que un hola no siempre es un comienzo. He sentido la soledad cuando menos sola he estado. He aprendido que un silencio vale mil palabras y que una palabra puede crear mil silencios. He descubierto que para encontrarse primero hay que extraviarse y que ser débil es de fuertes. He aprendido que hay más estrellas en un rostro enamorado que en una noche en la montaña. He peleado con quienes más quiero y hoy nos amamos más que nunca He aprendido lo que es llorar por amor y me río porque valió la pena. He visto el amanecer en unos ojos y el edén entre unas piernas. He aprendido que el mundo es cruel y que yo no quiero serlo. He recuperado cada beso que me han robado. He aprendido que las peores lágrimas las dan quienes más quieres Los mejores consejos saben a tristeza. He hablado con mi peor enemiga en el espejo del baño: algunas veces hemos hecho las paces. He sufrido y he gozado. Me he caído...

No sé lo que sé

Me dice la razón que esto es mentira, “que no, que se van”. Sin razón me quita el sosiego, con razón me duele tanto el pecho cuando me abraza soledad. Me abro el seno izquierdo cada noche para calmar mi corazón agitado, es el cachorro que nunca tuve; cierro la herida haciendo puntadas con mis sesos, y así, cada día estoy menos cuerda. Me miente la razón pensando que se irán, haciendo de una ausencia despedida, haciendo de horas días, cuando no eternidad. ¿Le temo al +1 en el teléfono más que al “tenemos que hablar”? ¿Por qué hace la mente utopía la realidad? ¿E infierno lo irreal? Lo que siento no es un sueño, ni lo que imagino es lo cierto, aunque es cierto que es incierto si algún día volveré a llorar, a llorar de verdad. Tarde o temprano puedo despertar envuelta en lágrimas mojadas con sábanas, sin la almohada que sigue el compás de mis gemidos o la mano que los puede acallar, aquel besito en el pulgar que mataba el dolor o la car...

That girl...

That girl... I always wondered why she was like that. Every day, she sat there, alone, with a boiling cappuccino and a book marked on the same Page 64. She used to add a sugar package and whip the coffee fervently, but she wouldn't take a sip. The first day I offered her a new beverage- I mean, maybe the cup was dirty or the coffee was too cold -, yet she said "No, thank you" with a shy smile and a soft, peculiar voice, like a pebble falling on a wooden floor. Sometimes, I took my tray and began cleaning tables, just to see her closely. The foam and the liquid swang and danced among the porcelain borders, the waves of a mini sea; I believed she was drowning there. I wanted to tap gently on her shoulder, but my mother always told me not to wake up a somnambulist from his trance. "Yes, but she was not sleeping" you might say, yet her eyes were not there, she was not there. All of a sudden, I stopped seeing her. No one would sit there, not even when the p...

History of a ghost: Denver´s death

History of a ghost: Denver´s death Hi. My name is Denver. Sorry, was; I was murdered a few hours ago. Most people would hate their killer, but I don´t regret anything about last night. I met Desiree at a Happy hour; we just clicked. That night she was going out with some friends, so we arranged a date for the next day (a Saturday). I went to pick her up at 8 pm at her apartment on 56th Street. She looked stunning; I loved how her lipstick matched her red blouse. We complimented each other looks and afterward, I took her to this Japanese Teppanyaki place I knew, really fancy. As the chef made its maneuvers and the audience clapped loudly, we spoke a bit about everything. Her voice was very soft, yet I could feel her strength on my chest and the fire of her eyes: she was an independent and decided woman. I admit I tended to like damsels in distress, but she was something different. She was a sweet, yet imposing woman that gave me a lot of curiosity. I insisted on paying for d...

Reflexiones de verano

Reflexiones de verano Cuando era pequeño, le tenía miedo a los payasos. No me pregunten por qué; no sé si era la nariz roja, la cara en general, la risa estridente, o todo en conjunto. Ahora ya no me dan miedo, sólo me fastidian. Para ser sincero, preferiría mil veces seguirles temiendo antes que temer a lo que temo hoy día: miedo a la soledad, miedo a la muerte, miedo al fracaso, miedo al rechazo de un mundo que, al fin y al cabo, le da igual quién sea o qué haga mientras no les afecte, y a quienes le importe, no deben clasificarse como parte del "mundo". Aquellas tardes de verano cuando todos hacen lo que les place y uno se queda en la cama bañado en sudor y vagancia (no me gusta la palabra pereza, me suena muy pecaminosa), son momentos fantásticos para reflexionar y soñar despierto; fue en una de esas cuando me di cuenta de algo: no son esas cosas las que me dan miedo, es el miedo en sí lo que me da pavor. El miedo me paraliza hasta la médula, me agarra como un m...

IDFK

IDFK No sé si debería decírtelo. Bueno, deber, debo, pero no puedo decir lo que no entiendo. Es que es tanto que es poco si me pongo a pensarlo. Me miras como si estuviese loca, cuando sólo soy víctima de mi cansancio. Pues sí, estoy cansada: las emociones agotan más que la maratón que hiciste en primavera o que la desvelada en temporada de exámenes. Hasta la bondad me parece un trabajo titánico hoy en día. ¿Sabes que pensé en graparme las orejas? O coserlas tal vez; como ya me ha saturado el dolor, creo que no sentiría la aguja bailando gimnasia rítmica en mi carne. Agota tanto escuchar, oír, oír y escuchar, ignorando comentarios tan inocentes que hacen daño o noticias tan viejas que reabren llagas viejas. Súmale el tener que espantar memorias viejas como a los mosquitos que me roban el sueño las noches de verano. Pues sí, llegan días que tu interior está revestido por una neblina densa, mientras tu exterior refleja la belleza de un día de vacaciones.  Al final, no ...