Camino de palmas
Camino de palmas Imagen de palmas del Domingo de Ramos En un noble corcel, tan noble que nadie lo quería, se montó el monarca sin corona. En sus vestiduras sencillas, su humildad y sencillez fue reconocido: sólo un rey podía llevar la miseria con tal dignidad. Con brillantes palmas tejieron una alfombra para las pezuñas del animal y su magno amo. Palmas que se convertirían en serpientes de acero. Serpientes de acero que atacarían al rey en piernas, espalda, pecho, rostro... en todo el cuerpo. Miraba el rostro desde cada persona que aclamaba su nombre: voces de vítores que se volverían mofas estridentes, amargas. El aclamado sería el maldecido. La corona que no llevaba le sería dada: tiara inamovible y dolorosa, en conjunto con un manto teñido en su propia sangre. La carga que él llevaba sólo él la conocía. Lo dijo a sus supuestos súbditos y a sus amigos y nadie entendió. Así que le hicieron una carga que los ojos de los ciegos pudiesen ...