Falsas apariencias

Falsas apariencias

Nicolás Maquiavelo-político italiano


No te engañes.

El mundo está repleto de actores. 

Todos visten la misma máscara de risas y educación. Pero cuando las retiras puedes encontrar muchas cosas: sonrisas que son preludio del ataque bestial; sonrisas que cubren mares de lágrimas.

Tras todos los chistes y sarcasmos siempre hay un toque de realidad. La reverencia al poderoso, con los puños tras la espalda y el insulto bajo la lengua. O la fachada de calma luego de que alguien te rompe el corazón.

La droga tiene su gusto para muchos, pero el aroma persiste tras la alucinación. No puedes quitar las manchas de sangre donde te has cortado, no puedes borrar las rajas cuando el cristal se ha quebrado.

A veces tengo que mover las manos frenéticamente para quitar las nubes del espejismo: debo despejar esos vapores para observar claramente. Y observar, no mirar, atentamente. Así se notan los cordeles y las pinturas de las caretas. Así se descubren las marcas.

Muchas personas son rudas, para cubrir sus debilidades, porque muchas otras ocultan dagas para destruirlas. Muchas son (somos) ángeles, pero si se enojan se convierten en un infierno que ni el mismo Dante cruzaría.

Aunque puedes influir a que alguien devele su verdadero ser, a nadie se le puede obligar a ello. Pese a que mantener la máscara puede ser mortal, algunos prefieren ese precio a dejar que se descubra la verdad.

No hay que ser desconfiado, pero sí perspicaz. Debemos darnos a conocer, tal vez incluso sufrir para aprender de nuestros errores. Algunos se quitarán la máscara cuando nosotros lo hagamos. Otros esperarán. Algunos ni siquiera lo harán. Y otros, simplemente se irán.

Sobre la marcha. Ya veremos. Yo seguiré, vestido el cuerpo, los pies descalzos y el alma desnuda. Con los ojos abiertos y la boca cerrada; atenta y serena, auténtica mas no débil. Tal como soy. Y quien me quiera fuera de las apariencias, bienvenido sea.

Yanil Sabrina Feliz Pache


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