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Mostrando entradas de abril, 2016

Varados

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Varados Gandhi- pensador indio Aquellas almas en pena simplemente estaban. No, no estaban realmente. Yacían, existían, en medio de una nada con más "algo" que ellos. El aroma a sal de lágrimas y mar era casi agobiante. Se encontraban, casi que literalmente,  entre la enorme espada de la guerra que masacraba su nación y la pared de las espaldas internacionales.  Hombres, mujeres y niños, varados en medio del océano. Mirando en todas direcciones. Raj miraba fijamente a Milo. El niño, su hijo, no movía la vista del suelo del bote. Llevaba horas así. Nala , su mujer, miraba el hogar partido (si se puede decir que miran unos ojos llenos de llanto). El rugido de su estómago fue más fuerte que sus cabilaciones. Tocando el hombro de su mujer, le pidió algo de comer. Ella sacó un pan casero del interior de un saco viejo que logró llevar con ella. Lo partió y se lo dio a su marido. El estado de shock era tal que ni se enfocó en Milo. Raj le colocó un trozo del pa

Nacer

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Nacer Hoy no puedo decir que tengo un año más de vida. Si lo hago, estaría mintiendo.  Hoy tengo un año más de existencia en este mundo, en este presente y en esta supuesta realidad. Pero no así con la vida. Mis años de vida no son los mismos que los que tiene mi cuerpo. A la vida hace poco que he nacido, en un día del cual no me es posible marcar la fecha. En materias de la vida soy como un recién nacido: me sorprendo, disfruto, río... recién puedo decir que vivo completamente, tal vez añadiendo algunos años y episodios remarcables de mi ser. Hubo un momento, también sin fecha, en que aún mi existir perdió el norte. Un momento que se hizo eterno para mí y quienes me rodeaban. El reloj del tiempo seguía corriendo para mi ente material, pero para mi alma ya nada importaba. Había alcanzado el limbo en la vida; sin saber qué hacía ni dónde estaba: si viva o muerta, si queriéndolo o no. Supe lo que es estar entre la espada y la pared ¡Y sin haber hecho nada! Mas ya h

Wow

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Wow "Encuentra felicidad en lo ordinario"- frase extraída de Pinterest Soy fanática de esos momentos wow. Es que son la prueba fehaciente de que no hacen falta grandes cosas para grandes impresiones. Sí, muchas veces los gestos aparatosos las provocan, pero creo que en esos casos se usan más bien frases largas: espléndido, fenomenal, increíble... como un esfuerzo por estar a la par de lo que se nos presenta. Pero no como esos pequeños momentos altamente impactantes por su sencilla majestuosidad.  Tomo por ejemplo los niños: es encantador cómo ellos con el vuelo de una mariposa, las burbujas, fuegos artificiales, etc. saltan con esa expresión bonita (mucho más por la forma desorbitada con que lo dicen). Y con sólo tres letras expresan mejor lo que sienten que nosotros con largas frases y discursos. Me impresiona ver el cielo nocturno repleto de estrellas, como si miles de ojos me mirasen atentamente.  Nada como el wow de un buen beso: no uno cargado de ero

Soliloquio de entretiempo

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Soliloquio de entretiempo http://data.whicdn.com/images/27964988/tumblr_m3ikz0B7h61ru05xyo1_500_large.jpg Qué delicioso es salir. El estudio, el trabajo...todo merece su dedicación. Pero cuando se hace sin un respiro, aunque sea corto, es más difícil mantenerse concentrado. Juro que, por un momento, sentí la mano fría y arrugada de Platón sobre mi hombro y lo escuché decirme: "Deja reposar mis cenizas en paz, os lo ruego". Suele pasar que, cuando se sale después de "tanto" tiempo, es una explosión sensorial. El sonido de las llantas y de los pies rozando el asfalto; el viento fresco, casi estival que besa (o que golpea) los trozos de piel desnuda; el aroma del pan recién horneado de la panadería de la esquina, que casi me hace olvidar que ya he desayunado; el cielo azul, muy azul... son tantas cosas que casi abruman. Casi. Vaya si adoro caminar. Ya no como zombie, sino como bebé: mirando todo a mi alrededor como si fuese la primera vez. Ciertamente no

Un viaje más

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Un viaje más http://weheartit.com/entry/32348950 Podía escuchar los latidos de mi corazón en mi cabeza: ¡ahí está el bus! Si lo perdía, tendría que esperar al menos 10 minutos más. No tenía prisa ni el mayor interés en llegar temprano, pero el sólo hecho de tener que esperar... corrí más rápido y salté como un galgo sobre su presa. ¡Bien! Lo había logrado. Aunque, cuando vi cómo estaba aquello, casi que me arrepiento. El bus estaba atestado: completamente lleno. No era mi ambiente favorito, pero de imaginarme cómo estaría el metro... esto era un palacio en comparación.  Ya que el viaje sería largo (más de lo que yo misma imaginaba) decidí al menos tener un poco de compañía. Y me puse a "escuchar" las sabias palabras de mi amigo Augusto y sus tribulaciones con el señor Unamuno, minutos previos a dejar la vida. Su muerte me resultó pesarosa: no sólo por el cariño que le cobré, sino también porque me abandonaba en ese preciso momento, justo a mitad de mi trayecto.

Caminando en el cementerio

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Caminando en el cementerio http://blog.getnarrative.com/2015/02/33-most-perfectly-timed-photos-will-take-your-breath-away/ ¿Es posible que muera una roca? ¿O un trozo de papel? ¿Puede morir algo sin vida?  No. Entonces ¿Realmente podemos decir que mueren tantos seres humanos cada minuto? ¿Cuántos de los millones de personas que fallecen tuvieron realmente una vida? Camino por la calle y no miro sino cadáveres andantes. Pero estos me recuerdan a los faraones: cubiertos con máscaras que representan el rostro que tuvieron. Sonrisas radiantes en rostros lozanos, pero con ojos vacíos. De vez en cuando se les cae la máscara y veo la muerte caminar a mi alrededor. Intento girar y huir de los fantasmas, de los recuerdos oscuros de lo que fui alguna vez, pero no importa donde vaya, siempre aparecen. Aparecen para recordarme que yo estuve en esa piel hasta el punto de asumir el papel mejor que ellos. Ellos lo saben: lo saben pero hacen como que no. De ahí que intenten encu

Miradas equivocadas

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Miradas equivocadas http://tusfrasesdehoy.blogspot.com.es/2013/03/una-mirada-para-expresar-el-amor.html La noche no pudo dormir porque ella no la dejó: una almohada más que se llenó con el llanto de la princesa; ella ocultaba su rostro del mundo, pero la luna y su séquito veían tal sufrimiento desde el trono celeste. Pobre la princesa: sufriendo en la realidad por una cuasi utopía. Soñaba desesperada con el príncipe del reino vecino. Desde su torre de piedra podía ver aquel ángel, tan lejano (y no precisamente por la distancia sola). Cómo lo deseaba y suspiraba por él.  El sol iluminaba la máscara de la princesa, la luna su dolor.  Eran tantas las lágrimas de la princesa que era incapaz de ver las estrellas que la rodeaban. Pues mientras ella iba cual alma en pena continuamente, con sonrisas de actriz, alguien se enamoraba de su teatro. Muy cerca de ella, alguien soñaba con ella. Muchos eran los que la deseaban sin que ella tuviese ni la más remota idea. Pero poc

Sonidos poderosos

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Sonidos poderosos https://es.pinterest.com/pin/444167581979257800/ Mientras camino por las calles de esta ciudad extraña y familiar, escucho detenidamente a los transeúntes. Tras sonidos dulces  y toscos, escucho palabras de diversos idiomas y aún más diversos orígenes.  Algunas salen lentamente de sus bocas; otras salen a borbotones, como suele ser el vómito de mentes "normales" bajo presiones indescriptibles. Pero sean cuales sean las palabras, siempre van acompañadas de una especie de melodía o cacofonía; ella lleva a las letras en su viaje del viento a mis oídos. Como son tantas las voces, he aprendido a ser inmune. Bastante tengo ya con mis soliloquios, los que hacen que me crean loca.  Pero, a veces, una voz resuena en el camino. Una melodía familiar que hace saltar mi corazón y me hace querer ocultarme o saltar a su encuentro. Mas bien sé que son sólo fantasías. Mi mente debe calmar los latidos desbocados, recordándome que es imposible que la voz s

Armando el rompecabezas

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Armando el rompecabezas https://www.pinterest.com/pin/574560864930528356/ Ya no recuerdo qué día fue. Se me olvidó completamente el instante en que todo se desmoronó. Y todo era yo. Las piezas se dispersaron, se perdieron, se desvanecieron. Piezas que encajaban a la fuerza tarde o temprano se dispersarían.  Y así es como quedé en la nada. Un simple algo sin forma verdadera. Frustración para quien lo mire y misterio para sí mismo. En la nada quedé ¿Yo? ¿O algo? Una forma sin forma, un ente sin ente; una simple nube vaporosa flotante en medio de un bosque infinitamente sombrío. Pero la nada que fue algo nunca será nada. Suena confuso para todos menos para el que lo ha vivido. La nada que fue algo se cansa de ser irreal, invisible. Quiere volver a ser, porque la existencia es un dolor por el que vale la pena pasar, pues es mucho el placer que oculta; si no valiese la pena ¿Por qué existiese la existencia? Con no se qué herramienta sacada de mi algo, corté los