Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

A la vuelta de la esquina

Imagen
A la vuelta de la esquina A. Lincoln- ex-presidente de Estados Unidos Alrededor del mundo, diversos países se acercan al momento de las elecciones. Tampoco es que haga falta recordarlo; muros y aceras, radio y televisión... por todos lados recibimos las palabras de los diversos candidatos, en una cacofonía de discursos que han causado no pocas migrañas.  Los discursos y debates son cada vez más preponderantes mientras la población mundial es sostenida por el cuerpo y forzada a mirar, a opinar, a decidir. Aún los extranjeros se ven a sí mismos formándose juicios de naciones extrañas y desconocidos que afectarán invariablemente sus vidas. "Deber ciudadano" es la frase que, más que susurrarse, se grita a todo aquel que tenga la edad suficiente para presentarse frente a las urnas y tomar una decisión. Sí, nosotros los gobernados tenemos derecho a poner nuestro granito de arena para poner un rostro a quien tratará de mantener el orden de su respectiva nación.  ¿

Relaciones robóticas

Imagen
Relaciones robóticas "Somos Robots"- Imagen del artista ruso Vladimir Kazak Como faltaban sólo 45 segundos, me puse de pie. Guardé mi teléfono móvil en mi bolso, lo acerqué firmemente a mi cuerpo y entré en aquella gigantesca lata de sardinas llamada "metro". Créanme, que cuando se ve tal masa humana en tan reducido espacio, dan ganas de salir corriendo e irse andando. Pero las prisas y la pereza son demasiado fuertes. Inmediatamente busco algún asiento, pero todo está ocupado. Me arrimo a una pared junto a la puerta, justo antes de que partamos de la estación.  Miro desde mi bolso el móvil: aún tiene batería e internet. Pero no tengo ganas. Prefiero dejarlo allí. Además, todavía tengo un poco de aprehensión a usar mi teléfono en público. Así que miro a mi alrededor. Y no puedo evitar que un leve escalofrío recorra mi espalda. Casi todos tienen su móvil en las manos, mueven los dedos frenéticamente. Se escuchan algunas voces, pero igualmente... In

Sueños futuristas

Imagen
Sueños futuristas Recuerdos de la infancia El mundo va a millón en términos de avances tecnológicos y científicos. Cada día aparece algo nuevo: desde una aplicación o una función en las redes sociales hasta descubrimientos que nos acercan a la cura del cáncer o al conocimiento del cosmos. Me viene a la mente la primera vez que viajé. Recuerdo cómo en mi inocencia (no tendría más de 5 años) le pregunté a mi madre si Nueva York estaba en el espacio; ella y quienes me escucharon no pudieron contener la risa, mientras yo seguía con la imagen en mi cabeza de una ciudad flotante, rodeada de estrellas y vehículos voladores. Cuando era niña, me encantaba ver Los Supersónicos (otros los conocieron como The Jetsons). Mientras miraba a Súper salir al trabajo en su auto volador, me preguntaba si en un futuro yo tendría uno. "Qué bueno sería uno así ahora" solía pensar de camino al colegio, atrapada con mi padre en un embotellamiento kilométrico.  Y eso era sólo una peq

Destripando

Imagen
Destripando "Preocuparse no despoja al  mañana de sus problemas: despoja al hoy de su fuerza" Siempre he sido de cumplir lo que me propongo: cuando algo me interesa, lucho hasta conseguirlo, aunque deje mis energías esparcidas en el camino. Otras veces, el cansancio (muchas veces causado por una importante falta de motivación) me hacía tirar la toalla con cara de víctima. En mi mucho poco tiempo en este planeta, me he dado cuenta de que he sido muy blanda con mis metas: ellas se han comportado como una damisela caprichosa ante la que debo despedazarme, cuando no es más que una niebla a la que yo doy cuerpo. Mi error ha sido quererla completa de una vez. Me lanzo como una bestia golosa al ataque; y sí que la consigo, pero termino manchada por mi propia sangre. En la búsqueda de las metas considero que hay que volvernos asesinos sanguinarios. Aquí me fío de una frase muy popular en mi país: "Como Jack el Destripador: vamos por partes". Al inicio s

Las voces de los huesos

Imagen
Las voces de los huesos James MacArthur-actor estadounidense ¡Qué ruidosos son los cementerios! Los cementerios guardan tanto silencio que es imposible no escucharlos: el aleteo de las mariposas,  la danza de las hojas, la brisa que mueve las flores... todo el recuerdo de la presencia de la vida en el reino de la muerte. No, no me refiero a eso. Hablo del sonido de los huesos: las quijadas que se encajan y mueven en el interior de los nichos de cemento (o bajo la tierra, desde el eco de féretros y ataúdes). Todos intentan contarme sus historias a la vez. Allí la que fue madre, allá el que fue hijo; de un lado el soldado y de otro el pacifista. De un bando los recordados, en un rincón los olvidados. Cada uno guarda un mensaje en su entidad brumosa. Pero tantos son, que mis oídos de poco me sirven. Y de tanto ruido, sólo siento silencio.  Leo los nombres, los apellidos familiares; veo el mármol, la piedra bañada en cal, la roca vestida en musgo y olvido. Veo e