Las voces de los huesos


Las voces de los huesos


James MacArthur-actor estadounidense

¡Qué ruidosos son los cementerios!

Los cementerios guardan tanto silencio que es imposible no escucharlos: el aleteo de las mariposas,  la danza de las hojas, la brisa que mueve las flores... todo el recuerdo de la presencia de la vida en el reino de la muerte.

No, no me refiero a eso. Hablo del sonido de los huesos: las quijadas que se encajan y mueven en el interior de los nichos de cemento (o bajo la tierra, desde el eco de féretros y ataúdes). Todos intentan contarme sus historias a la vez.

Allí la que fue madre, allá el que fue hijo; de un lado el soldado y de otro el pacifista. De un bando los recordados, en un rincón los olvidados. Cada uno guarda un mensaje en su entidad brumosa. Pero tantos son, que mis oídos de poco me sirven. Y de tanto ruido, sólo siento silencio. 

Leo los nombres, los apellidos familiares; veo el mármol, la piedra bañada en cal, la roca vestida en musgo y olvido. Veo en tantos sitios las huellas del beso del tiempo, en tantos los abrazos del dolor reciente. El amor se lee en la piedra, en sus manchas: algunas bañadas en lágrimas, otras sólo en polvo. Algunas revestidas de recuerdos y risas memorables; otras, de escupitajos o menos.

Si me detuviese a leer, sentir todo lo que me gritan las osamentas escondidas, los mil mensajes que me guarda ese golem gigantesco, me volvería loca. 

Algún día, tal vez. Algún día. Alguien tomará notas de todos los huesos con historias. Hasta que él o ella sea parte de sus propias páginas. Tranquilos, no creo que yo sea una. Tengo demasiada historia que crear en mi vida.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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