Calla corazón

Calla corazón

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Shh...Haz silencio. Calla ya, corazón mio.

¿Qué no ves que él no nos quiere? 

Para él sólo somos amigos; buena compañía para risas y películas. Pero nada más. Que las risas y el amor no son incompatibles me dices; pero ambas sabemos que en este caso te haces ilusa. Dicha verdad no encaja en este caso.

Por más que grites, él no nos hará caso. Tú conoces a los que son como tú. Su corazón no salta de alegría al verme como lo haces tú cuando lo ves. En su rostro no se dibuja una sonrisa al escuchar tu nombre. Siente agrado, siente aprecio. Pero sé realista: no es lo que quieres que sienta.

Él sabe que soy graciosa, que soy amable y que pienso. Pero no sabe que tú eres enorme, que soy genial ni lo que ocurre en nuestro interior. Puede que alguna vez la cosa fuese distinta, no tengo ni la menor idea (tú me incitas a pensar que sí, aunque las evidencias digan que no).

Yo creo firmemente que tú eres que me lo traes a los sueños sólo para dar fuerza a tus creencias. Todo para hacerme verlo como lo ves tú: quieres que lo idealice para que luche por algo que no tiene salida: una batalla de un soldado que puede acabar fusilado con su propia arma.

El cerebro y yo te tapamos la boca con razonamientos: pequeñas pero contundentes realidades que amordazan tus labios. Pero tus latidos siempre se han escuchado. Tú delataste el crimen en la obra de Edgar Allan Poe; tú moviste a los enamorados de Shakespeare hacia los reinos de la locura pasional; y ahora me tienes a mí, esclava de sensaciones tan deliciosas como tormentosas.

Creo que nunca conocerás el silencio. Para ti eso es la muerte, lo sé, pero no quiero saberlo. Así como tu sabes y no quieres saber lo que sabes. Lo único que puedo hacer es dejarte ser. Que sigas tu camino aunque yo enloquezca. Algo es innegable: es la locura que más disfruto. 

Te dejaré en paz. Hasta que aparezca alguien por quien sientas lo mismo (aunque no lo creas posible) pero que esté dispuesto a acompañarme en el camino.

Yanil Sabrina Feliz Pache