Vivir
Vivir
Despierta cada día con el abrazo de un nuevo amanecer; levántate con nuevos bríos cual explorador a punto de lanzarse a una nueva aventura con tesoros inimaginables. Hay que prepararse con ánimos para lo que el día depare.
Ríe con todas tus fuerzas hasta que sientas el dulce dolor de la alegría. Regala tus sonrisas, vuélvelas rayos de sol puestos para iluminar las sombras de aquellas almas atormentadas por la tristeza.
Llora cuando lo necesites; es mejor saborear unos minutos la amargura de la pena en el sabor salado de las lágrimas antes que ocultarla tras una máscara de felicidad impoluta. No permitas que ese malestar tóxico se convierta en un veneno que corroa lentamente tu interior.
Sueña. Deja que tus neuronas tomen la forma de un ave y vuele tu mente por mil y un parajes, pues para los sueños no hay barreras, fronteras ni impedimentos. Con ellos puedes tocar el cielo e ir más allá.
Ama sin temor ni restricciones. Abraza, besa, complementa y hazlo sin vergüenza. El amor es el sentimiento más duro y bello que existe y no merece permanecer escondido. No temas, ya verás lo dulce que es darlo y recibirlo, más dulce que cualquier pastel. Si temes amar por temor a sufrir, estás perdiendo la oportunidad de descubrir otra parte de ti.
Haz que cada hora, minuto y segundo valga la pena. Saca de tu vocabulario los "No puedo", "No soy capaz", "Me da miedo", "No lo sé...", etc. Rompe con esas cadenas con que tú mismo te has atado y permítete disfrutar del más glorioso regalo: vivir de verdad un día más.
Yanil Sabrina Feliz Pache
Comentarios
Publicar un comentario