¿Cuándo acabará?

¿Cuándo acabará?

William Henry Harrison- político estadounidense
                                                     

Mira los periódicos: verdades escritas con sangre, mentiras escritas con billetes. Un mundo cargado de miseria y corrupción; la ambición y la sed insaciable de poder revisten como emblema a muchos políticos. Y los pocos que salen de este canon suelen tener tristes destinos: el exilio, la pobreza o la tumba.

Sí, en medio de tantas manzanas podridas, hay algunas que están buenas. Pero, si no se infectan también, su dulzura no es vista y se catalogan en el montón.

Dentro de la misma red de mentiras y dinero, surgen batallas nauseabundas, complots, descaros... lo único es que están bien escondidos, son batallas de guantes blancos que se lanzan a la mejilla. Pero son así por un respeto extraño por la posición del combate. 

Pero por decorada que esté la basura, su olor la seguirá delatando. Y eso molesta a los que viven en su mismo mundo.

Pequeñas tiranías sin declarar, donde el poder fue cedido de antemano.

No obstante, los miserables están tan desarmados y han asumido su condición, lo que hace que se conformen y no luchen por cambiar nada. Se sientan y miran hacia arriba, unos con ojos inyectados de sangre, otros con súplicas y, unos pocos, con las manos tendidas, aguardando a ver qué cae.

¿Cuando terminará esta catástrofe? Cuando el pueblo oprimido mire las cicatrices, reaccione a su propio dolor y arranque el látigo de las manos del verdugo. Pero ojo, si asume el puesto usurpado, simplemente pintaremos de otro color la misma cara de la moneda. Hace falta retirar las armas de la ecuación. Hacer que nazca la verdadera equidad y democracia: la misma que nos han vendido y nunca nos han entregado.

Yanil Sabrina Feliz Pache


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