Fría estatua
Fría estatua
"La Sirenita"- estatua en Copenhague |
Lo veo; esa mirada cálida, esa sonrisa radiante, la expresión compasiva...me amas. Y quieres que te ame.
¿Puede amar una estatua? ¿Puede sentir calor un bloque de hielo? Pensaba que no. Creía que te cansarías cuando vieses la dificultad. Que serías como el resto y te darías por vencido. Pero no fue así. Eres de los que nunca han dejado de intentarlo, de los que aún lo hacen pese a la resistencia de mi parte.
Cuando te miran con el calor del cariño amistoso o el fuego del amor incondicional como el que te da una madre o alguien que desea pasar su vida contigo, la coraza de hielo macizo que recubre el corazón comienza a derretirse. La expresión de dureza plasmada en la máscara se quiebra y se ve una sonrisa. El mutismo misterioso se rompe con las preguntas que deben ser contestadas (aunque las estatuas no hablen).
Pero es que es tan difícil. Sé que no soy una estatua. Soy un ser humano. Pero temo tanto al dolor que prefiero ser mármol. Sí, la piedra es resistente pero puede romperse. Lo sé. Pero mi corazón, mi temple también se rompen (lo han hecho en el pasado por la crueldad vestida de mofa) y son más difíciles de reparar. Con el recuerdo es cuando el miedo me paraliza y me protege; me impide que veas la parte vulnerable. Puedo ser cordial, pero no me permito ser auténtica.
Mas las estatuas no son felices. Hay estatuas que sonríen, pero ninguna estatua siente. Entonces no les duele nada pero tampoco nada les alegra. Ahí está el detalle.
¿De verdad pesa más el pesar que la alegría? Y aunque lo hiciese ¿En verdad es posible controlar los sentimientos? Lo he intentado y sólo he conseguido darles fuerza. Cuando los intentas dominar, has de saber que tarde o temprano saldrán y no de buena manera.
Me dejaré llevar aunque me cueste. Toma el cincel y sigue raspando mientras yo me sacudo el polvo y salgo de la armadura de piedra.
Espero que tu mirada haya penetrado la roca , que fueses capaz de ver lo que hay dentro y que lo aceptes como es antes de romper mi seguridad falsa pero realmente confortable. Y si no, al menos pon el espejo frente a mi, porque yo sí que tendré que aprender a amarme y a repararme por dentro
sola.
Yanil Sabrina Feliz Pache
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