La vida vuelta veneno
La vida vuelta veneno
Luis Cernuda- escritor español |
Me la imagino: caminando sosegada en el bosque con sus movimientos fluidos. Pura, clara y prístina. Hasta que ellos la sostuvieron y la violaron; mancillaron su transparencia y la llenaron de mugre. Cuando la hallaron, todos los que la tocaban quedaban mancillados; algunos, inclusive, llegaron a morir por ella.
Una forma nueva de presentar la situación del agua en muchos países en desarrollo. Cuántos hogares que no tienen acceso a agua potable (¡o a agua alguna!); desde sólo tener que comprarla, clorarla o hervirla, hasta los casos de personas que se trasladan kilómetros completos por tener agua para comer, cocinar, etc.
Agua sin clorar, contaminada por residuos... ¿Por qué no llamarla veneno? Es sumamente riesgoso, potencialmente letal. Así es; se atraen enfermedades y si no son atendidas, saludos a la tumba. Aunque sea indirectamente, sigue siendo peligrosa (una vez contaminada). El agua estancada es cuna de mosquitos y plagas (hola zika, dengue y compañía).
Mezclemos una mala gestión de plantas de tratamiento de agua, una pésima regulación d los desechos sólidos de toa naturaleza, contaminación de todo tipo, pobre consciencia ciudadana, descuidos, etc...tendremos un cóctel potencialmente nocivo que todos implantamos (por permitirlo, por ignorarlo, por alimentarlo).
El agua es esencial para la vida; eso no impide que los precios del agua aumenten continuamente. Por lo que veo ya podemos cobrar por vivir: y no nos lo ponen precisamente fácil. Quién sabe, dentro de poco tal vez nos cobren los suspiros, los latidos de nuestros corazones (¡ojo con los ataques de ansiedad!) o nuestros sueños.
Si lo que queremos es sacar nuestro lado consciente por medio de una nueva guerra mundial, pues sigamos como vamos, que el camino está bien pavimentado para ello. Si, por el contrario, queremos que el derecho a la salud sea un poco más realidad y menos decepción, tratemos de hacer un cambio. Eso va desde los altos mandos hasta los más pobres. Hora de abrirnos los ojos mutuamente.
Yanil Sabrina Feliz Pache
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