Vaya gestión
Vaya gestión
Me encanta cómo manejan los estados el dinero.
"No hay dinero", es la excusa que dan a las masas que tocan las puertas, presentando sus manos llenas de lodo y las mejillas regadas con sus lágrimas. Y luego serán capaces de preguntar por qué las huelgas y el enfado popular.
No hay dinero para aumentar los salarios, ni para conseguir energías renovables que rompan con el monopolio actual, ni para construir mejor infraestructura hospitalaria, ni para mejorar la prevención y protección ante ciertas enfermedades, ni para reducir los impuestos a los productos de primera necesidad, ni para ayudar a mejorar la seguridad...
No. Qué va. Para eso no hay ni un centavo en ningún bolsillo de chaqueta, calcetín almidonado ni colchón de cama king.
Pero sí que hay para pagar cenas suntuosas y elitistas, para empapelar las calles con las caras de los candidatos a medida que se acercan las elecciones (sirve, además, para cubrir agujeros de bala y postes quebrados), para hacer saltar campañas publicitarias aparatosas, para construir nuevas armas con las que sacar a personas de sus hogares en medio de la noche o golpear a jóvenes inocentes en la cabeza.
Claro. Todo depende de dónde corran las aguas. Nos quejamos de la corrupción. Pero no son pocos los que dejan las manos extendidas, esperando que caiga algo valioso de la basura. Se contaminan igual, pero vamos, eso da igual ¿No?
Antes, la gente saltaba cual resortes ante tanto descaro. Las almas de revolucionarios de antaño deben mirar esto desde quién sabe dónde y sus espíritus se revuelven con impotencia. Nosotros también nos revolvemos, pero con resignación.
Hasta que los pueblos no dejen de parase en dos patas con caritas suplicantes como perros de circo y reclamen sus propios derechos, los que les corresponden como seres humanos con un mínimo de dignidad y deseo de igualdad, las cosas seguirán tan "maravillosamente" como siguen.
Yanil Sabrina Feliz Pache
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