Las fantasías de la Pub
Las fantasías de la Pub
Will Rogers- humorista estadounidense |
Si los anuncios que vemos en televisión, radio, periódicos, internet, etc. fuesen balas, todos seríamos cadáveres andantes con más agujeros que el queso suizo.
Diariamente recibimos cientos de mensajes de todo tipo. Lo curioso es que nos venden de todo menos lo que anuncian.
Cuando vemos y escuchamos un anuncio, nos hacen pensar que lo que realmente deseamos es el auto de lujo, el perfume, la hamburguesa, el crucero... pero valdría la pena meditarlo un poco. Muchas veces, nos venden todo eso con promesas malinterpretadas de otras cosas: estatus, felicidad, diversión, habilidades sociales, popularidad, aceptación personal y muchas otras cosas.
El punto es crearnos "necesidades". Que no son para nada necesarias. Si no tienes ese Ferrari o ese Fiat del año, aún podrás salir de casa. No estarás atrapado como los fantasmas de "American Horror Story".
Si compras las píldoras para adelgazar, eso no cambiará tu forma de alimentarte. Y un cuerpo perfecto no te hará más feliz si no amas al 100% el reflejo del espejo (por fuera y por dentro).
Las cosas más cercanas a verdaderas necesidades que adquirimos son aquellas que compramos en el supermercado, mientras hacemos la fila en la caja al son de música instrumental y ruedas de carritos. Y aún de esto, si vaciamos las canastas y carros, veremos muchas marcas.
Nuestro mundo actual nos dice: "Si tienes marcas, tienes poder. No importa el precio si te hace popular". Aparentemente una buena marca te hará feliz, te garantiza calidad perpetua y te consigue el amor. Interesante.
Si no estás bien por dentro, no estarás bien por fuera. Un auto no te conseguirá una pareja, no te hará más osado ni nada por el estilo.
Como si fuese poco, la publicidad vuelve a mujeres y hombres objetos del placer y del deseo; todos capaces de ser comprados con objetos y/o dinero en efectivo.
Claro, si los anuncios fuesen totalmente claros, quebrarían las marcas.
Deberíamos tener mucho ojo y oído de ahora en adelante. Piensa la razón de tu próximo cargo a la tarjeta de crédito.
Yanil Sabrina Feliz Pache
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