Si los árboles hablaran...

Si los árboles hablaran...

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Si los árboles hablaran ¿Qué historias nos contarían? 

Titanes milenarios, frágiles y poderosos a la vez. Algunos pequeños y jóvenes, como mancebos tímidos en una esquina; otros potentes y ancianos. Su edad es un misterio, sólo develada con el filo de la muerte.

Sea como sea, están cargados de sabiduría y secretos.

Cicatrices marcadas con cuchillos sobre su piel: marcas de amores del ayer. Fueron testigos de caricias y besos, de confesiones bajo sus ramas. Juramentos de una existencia común de dos corazones, inflados por el deseo.

¿Dónde estarán los amantes ahora? ¿Separados por el engaño? ¿En el mundo de la monotonía? ¿O cumpliendo su promesa de una eternidad juntos, con un anillo como testimonio?

Testigos mudos de asesinatos; sangre, piel y cabellos sobre ellos. Los únicos que ven el lado animal del hombre. Y no son capaces de decirlo con palabras. Ellos han visto animales despedazar a sus presas y les causa menos espanto: los animales lo hacen por su instinto natural, supervivencia y alimento ¿El hombre? Por sus propias razones.

Batallas, revoluciones y duelos. Las marcas de las guerras han variado con los años: de flechas y espadas a cañonazos y balas de rifle. Los enfermos se han unido a la fila de cadáveres que han hallado cobijo en sus bases.

Ni hablar del planeta. Llanto brutal por los hermanos muertos. Por los horrores de la contaminación y el esfuerzo extra por salvarse y salvarnos.

Si los árboles hablaran, dos cosas podrían pasar. La humanidad sería mejor, pues sabría que siempre los miran. O habría menos bosques.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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