Golpes en el pecho

Golpes en el pecho

Ingrid Bergman- actriz sueca

Hoy decido postrarme frente al juez. Miro a sus fríos ojos; ya no oso derretir su frío corazón ni cambiar sus pensamientos. 

Yo conozco mis pecados, sé de qué debo arrepentirme.

No me pienso merar los cabellos ni romper mis vestiduras. No chillaré por clemencia por crímenes que no he cometido.

Ser única no es un pecado, salir con la soledad no es un pecado, estar enfermo no es un pecado...

No me arrepiento de lo incontrolable. 

Me arrepiento de haberme dejado enredar en redes que pude cortar.

Me arrepiento de haberme reprimido: mis deseos y anhelos, por temor a la reprobación de mis iguales  ¡Como si la vergüenza fuese una guillotina capaz de cortarme la cabeza!

Me arrepiento de decir cosas que no sentía. A veces, buscando la paz; otras, llamando a la tormenta.

Me arrepiento de que los fantasmas poseyeran mi cerebro. Y de atarme las muñecas con mis propias neuronas.

Me arrepiento de querer ser un bloque de hielo.

Me arrepiento de no haber cometido más errores tontos propios de la juventud. Sólo esos que te dan fuerza para avanzar, no para caer.

De muchas cosas me arrepiento. Si me golpease el pecho, haría un agujero. 

Pero no lo haré. Porque mis crímenes ya han sido perdonados. Primero por Dios, luego por mi. Sé que no merezco un castigo: demasiados me estaba dando de por sí. Nada de azotes para esta espalda maltratada. 

Cada fallo me ha dado una pieza más para librarme de mi armadura de acero. Ya no hay por qué luchar con molinos, no más pasar martirios.

De lo que sí es momento, es de pagar mi deuda. Y la mejor forma de hacerlo es viviendo. Ya no puedo escudarme en la inocencia de la infancia o de la ignorancia. Ya no más. 

Hay que romper el círculo vicioso. Seguiré con el avance. Te doy la espalda jurado. 

Caso cerrado.

Yanil Sabrina Feliz Pache