Justicia ¿Para qué?

Justicia ¿Para qué?

Henry David Thoreau- escritor estadounidense

Tenemos numerosas leyes en cada país, más una ley universal. Convenciones sociales, penales... de todo tipo. Muchas con un motivo histórico, otras...ni idea. Pero ahí están.

Cuando se comete un crimen, las leyes son tomadas como base para la aplicación de la justicia. Una justicia tan maleable como el papel que la sustenta. 

La línea entre justicia y venganza es muy fina. Fácilmente deformable. 

Un asesinato, un robo, una violación...un accidente, una necesidad mal manejada, enfermedades no tratadas. Todo puede mezclarse; y, un acto deplorable, mancha a una persona que no siempre es vil. 

No digo que no se deba hacer una corrección: pero una cosa es buscar un cambio, aprender una lección; otra es darles una cucharada de su propio merecido, sólo que más grande. A veces el deseo de la víctima, otras es el de sus familiares, otras el de la sociedad que conoció el hecho, y puede que sea el de todos los anteriores.

Al mandar a alguien a la cárcel ¿Qué buscamos? ¿Darle a las personas una reflexión y los recursos para que, al salir, pueda pagar a la comunidad de forma constructiva? ¿O reducirle a la miseria?

No son una ni dos las noticias de epidemias en las prisiones, asesinatos internos; chistes y verdades de violaciones internas, drogas... repeticiones de los crímenes y miserias, salvo que, esta vez es entre los mismos criminales. 

Al hacer eso, terminamos conviertiendo a las personas en animales, contrario a volverlas humanos valiosos o útiles. Un animal manso pero detestado o salvaje y temido. Sale para seguir siendo reprobado. Pasó por lo que pasó pero su error se sigue cobrando. 

De por sí le falta el juicio divino; y no puede compensar a los vivos: no se le permite. 

Almas oscuras hay. También las hay enfermas. Algunas deben estar recluidas para no hacer daño. Pero todo ello sin olvidar que siguen siendo humanos. Si les quitas su mínimo de humanidad, el que todos debemos respetar ¿En qué nos diferenciamos de ellos? ¿O de los que ejecutan con placer la pena de muerte como una venganza sangrienta y de sabor dulce?

Que la ira no haya guiado tu lectura, si has calzado los zapatos de víctima.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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