Querido yo

Querido yo

                                                                                                                                                                                                

¡Hola! Soy yo: tú.

Probablemente mires esta carta con cara de extraño. Hace tiempo que te la escribí (20 años). De seguro estaba llena de telarañas (mejor eso y no moho). Tuve que mantenerla bien escondida y decir que no la abrieses hasta esta fecha; soy demasiado impaciente pero también obediente.

No sé bien por qué te escribo esto. Tal vez sea el aburrimiento, o mis deseos juveniles de comunicarme con alguien del futuro; como sólo me conozco a mi mismo...aquí estoy. Lo irónico aquí es que, aunque esta carta va dirigida a mí mismo, no la recibe la misma persona. No seré el mismo hombre que soy ahora. Ni siquiera lo seré en 20 minutos. Cada día algo en mi cambia, aunque yo no lo perciba. 

Me pregunto muchas cosas; ¿Elegiste lo que queríamos ser de niños, lo que quiero ahora o algo distinto? ¿Seguimos viviendo en la misma vieja casa de papá y mamá o ya nos mudamos, como hace tanto dijimos que queríamos? ¿Y ellos, siguen vivos? Me aterra pensar que ya no estén (hasta se me humedecen los ojos), pero no soy idiota. Puede que ya no estén. En fin...¿Te casaste con nuestra novia actual? Bueno, con la que salgo yo ahora. Es preciosa, aunque hay cosas que me exasperan. Me pregunto si las habré superado o si estaré con otra.

Mientras respondes mentalmente estas preguntas, te imagino (me imagino) riendo silenciosamente, mientras me recuerdas: desaliñado (lo sé y no me importa), relajado, encerrado en mi habitación, escuchando música a todo volumen... así es amigo, acabo de abrirte la puerta a un pasado que, seguro, ya habías olvidado.

Ansío ser tú. Puede que leas esta frase y pienses: "Con todas estos problemas, yo quisiera volver a ser tú". Pero los problemas estarán en cualquier tiempo. Sólo que serán distintos, porque las preocupaciones serán otras. Ojalá que dejen de haber problemas; o que seas lo suficientemente maduro como para manejarlos tan bien que no lo sean.

Bueno,  ahora me dirijo a un yo un poquito más diferente. Uno más reflexivo (o eso espero). Uno que me estará mirando ahora mismo (me giro)...No, no estás aquí, no de cuerpo presente. En fin...ya me he perdido un poco. Mejor termino pronto, ya casi es hora de cenar (para mi, al menos). Fue un placer comunicarme contigo. No importa que tú no lo hagas; sé que me estás respondiendo. 

Adiós.
Att: tú.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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