Otra vez tú

Otra vez tú

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Y aquí estás otra vez. Una vez más te deslizas en mis sueños como un espectro: ni un demonio porque no vienes del averno ni un ángel porque no eres perfecto.

Cada vez que pienso que has desaparecido de mi mente, reapareces y no sé cómo se supone que debo reaccionar. Es...agridulce. La dulzura de las memorias pasadas, tan bellas que parecen fantasías, se mezcla con el acre recuerdo de que fue verdad pero que ya no lo es. 

Cuando me secuestraron tú me perseguiste; insististe. Mas mi captor movía mis manos y yo se lo permitía. Te veía cansarte, rezagarte, ir más y más lento hasta que decidiste "apartarte". 

Pero no lo hiciste. Siempre estuviste y sigues a mi lado, aún cuando yo no busqué una salida. Apenas grité y mi clamor sonó como un susurro, tú respondiste. Yo estaba lejos y me acerqué. Tú lo aceptaste, no rechazaste mi tentativa ni la malinterpretaste; tal como siempre lo hiciste.

En el reino de Morfeo era juzgada, allí yo era la villana de un crimen que no busqué. No para tus ojos, que incluso en esos parajes las luces se tornan sombras. Ni siquiera allí cediste. 

No puedo construir castillos en el aire aunque puedo pretender que allí están. No puedo hacer girar las arenas que posee el anciano padre tiempo. Tengo que caer a su ritmo, como los granitos que se deslizan en el cuello de cristal. Seguiré su curso y en él me fío. Ya no es lo mismo, lo he, lo hemos cambiado.  Pero la bondad y la persona no se desvanecen en el aire. 

No aspiro a mucho si apenas estoy recuperando los movimientos de mis músculos gastados por la anestesia que me inyectó el ladrón de mi vida. No obstante, sigo siendo yo y a la vez dejé de serlo. Por eso quiero recuperar la parte de la historia que aún no ha muerto. Sólo eso. Si hay algo detrás, no sé. Tal vez en el reino donde volar es posible como lo es ver fantasmas otra vez.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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