Workaholic

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Joseph Brodsky- poeta ruso-estadounidense
Despierta antes que lo haga el sol; salta de la cama sin importar el agotamiento, prepárate rápido ¿Desayunar? ¿Quién tiene tiempo para eso? Un café bien cargado, más negro que la tinta china, eso basta. Salir disparado como una bala, sin un beso del ser amado, con los oídos sordos ante el "Que tengas un buen día", porque para eso no hay tiempo.

Te instalas en tu labor como un autómata: tus dedos van a velocidad desorbitada, tus ojos y oídos se enfocan por completo en la tarea con una hipersensibilidad que no tienes fuera de ahí. Más café, es tu combustible. Llega la hora de comer; tomas algo rápido, lo que te llevan o lo primero que encuentras. Si acaso vas a casa, te atragantas cual bestia voraz sin saber qué es lo que comes más que por el nombre (porque ni lo saboreas) y, sin siquiera hacer la digestión, vuelas de nuevo.

Sigues y sigues hasta que el reloj te indica que la faena ha acabado (por el momento). Llegas a casa y te desplomas en la cama, el sofá...cualquier lugar donde reposar tu cuerpo masacrado. Escuchas comentarios, anécdotas, quejas o incluso sólo el silencio de una noche desierta de júbilo. Resistes con el cuerpo presente pero la mente ausente hasta que, finalmente, te dejas sucumbir en los brazos de Morfeo hasta la mañana siguiente.

¿De verdad es tan gruesa la venda que cubre tus ojos? Es como si estuvieras narcotizado: te crees poderoso, invencible, capaz...tal vez sea eso. Es un lugar donde tienes el reconocimiento y la capacidad que en otros lugares ignoras, niegas o que realmente no posees.

Pero no es así con todos. Tal vez no contigo; tal vez seas de esos que allí encuentran un descanso; un modo de desconectar del caos de la realidad; un caos en el que mandan tus sentimientos y los de quienes te rodean.Así que buscas uno "controlable", uno en el que no estás tan involucrado y en el que las heridas de batalla son más comunes en tu cuerpo (lo que no quita que acabe con tu mente si lo usas así).

Me dirás "No, es que es mi pasión, me encanta lo que hago". No lo niego, nunca lo he hecho. Puedes amar lo que haces, es ése el punto. Pero que sea un amor dulce y verdadero, en que puedes prescindir de su presencia y darte tu espacio donde reponer tus energías para el próximo encuentro y que puedas ver las demás facetas de la existencia. No que sea una pasión desbordada que culmine en  la dependencia.

O me dirás "Necesito el dinero para alimentar a mi familia". ¿Crees que a una persona sólo se la alimenta con pan? Nutres el cuerpo mientras sus almas (y la tuya) mueren de hambre; pueden estar seguros de tener sustento pero no de ser amados. El dinero no es la cabeza y base de un hogar: lo son quienes allí moran ¿De qué te sirve amasar una fortuna si al final no podrás gozarla? ¿O pagarte algo que necesitas si cuando lo tengas no podrás ni usarlo?

¿Hace cuánto te no te tomas un respiro? Uno de verdad, donde tu mente estuviese contigo en ese instante y no pensando en los papeles que tienes que imprimir o la carta que se ha de enviar antes del lunes.

Piénsalo ¿Qué te pesa más: un oficio o una vida? Oficios puedes hallar varios (aunque no sea fácil) pero vidas sólo hay una para cada uno. Tú decides cómo invertirla.

Yanil Sabrina Feliz Pache

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