Querido viejo

Querido viejo

Jairo Aníbal Niño- escritor colombiano.
 
Querido viejo...

¿Por qué será que te enfadas tanto cuando te llaman "viejo" o "anciano"? ¿Qué tiene de malo? Cada vez que te lo digo tu cara se arruga más. Creo que el mundo le ha quitado valor a tu estatus.

Hoy en día, el que es mayor es decrépito, demacrado. Es inválido aunque puede caminar perfectamente (en ocasiones más que cualquier joven). Hay que hacerlo todo por él, protegerlo de la crueldad del mundo y tratarlo como si se volviese un bebé: involucionas.

Pues no lo veo así, querido viejo, ni tú deberías creerlo. Primero que nada, porque no eres un esperpento. No eres inservible. Es cierto que tus fuerzas no son las de antes, pero no por ello tu determinación merma. Sigues batallando y luchando (a veces más de lo que deberías, eso es innegable) y es algo que los que somos más pequeños deberíamos aprender de ti: no te rindes (no te rindas).

Y en segundo lugar, porque eres una joya preciosa. En cada una de tus canas y arrugas se ocultan siglos de experiencias, memorias, sueños cumplidos, luchas ganadas, besos robados, celebraciones únicas, etc. Los seres humanos debemos ser vistos como el vino, que con los años se hace más preciado y exquisito. Así eres tú.

Escucho atentamente tus historias: son la única forma que tengo de viajar en el tiempo acompañado. Vuelo a tus recuerdos mientras me ilumina el brillo de tus ojos cuando lo cuentas. A veces, si me detengo a mirar, puedo ver el asomo de una lágrima; si la pruebo, sentiré un toque de nostalgia mezclado con la emoción que sentiste en aquel instante de tu larga vida.

Recibo tus consejos como los de un experto: son las palabras de alguien cuyos pies han pisado la piedra que ahora me angustia o me emociona. Es como saber el futuro que no siempre coincide pero que me señala. Perdón si alguna vez los he despreciado; no veía su valor.

¡Cómo te extrañaré cuando te vayas mi amado viejo! ¡Mi bella vieja! Son mis reliquias en vida. Hay que saber apreciarlos pero nadie lo hace. Y los que lo hacen es de una forma tonta e incrédula, olvidando que siguen con vida y que la llevan mejor que muchos de nosotros, los retoños, los de la generación presente que no mira por un futuro.

Querido viejo, gracias por estar y por ser viejo.

Yanil Sabrina Feliz Pache.

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